BLa premiada ópera prima de Lerta Basholli es una película sobre la miel y también sobre el ajvar, un plato dulce de la antigua Yugoslavia elaborado con berenjenas y pimientos rojos. Pero la película tiene un sabor feroz y fuerte, como el café negro.
Se basa en la historia real de Fahrije Hoti, una mujer kosovar cuyo esposo desapareció durante las guerras de los Balcanes en los años 90, por lo que, solo para mantenerse con vida y mantener a sus hijos, formó un colectivo reservado para las mujeres con todas las demás guerras. viudas (o presuntas viudas, hambrientas de información definitiva sobre lo que las fuerzas serbias hicieron con sus maridos desaparecidos) estaban haciendo miel y otros dulces para vender. Pero la película la muestra enfrentándose a la brutal misoginia y violencia de los hombres de su aldea que sienten que se está excediendo. (El drama viene con un descargo de responsabilidad final que señala que parte de él es ficticio, sospecho que anticipa demandas).
La actriz kosovar nacida en Albania, Yllka Gashi, es excelente como la propia Fahrije, una mujer que comenzó este negocio, al menos en parte, para controlar o exorcizar su dolor: la colmena en su jardín fue instalada por su esposo. Es su forma de permanecer cerca de su memoria; ella recuerda lo instintivo que era su toque con las abejas y cómo nunca lo picaban. Fahrije, por otro lado, siempre es mordida, y en parte es por eso que en gran medida cambia a ajvar; cada bocado es un recordatorio.
Hay una escena maravillosa en la que el hijo pequeño de Fahrije se peina pensativo frente al espejo, tal vez con algunos estallidos de vanidad adolescente. Mirándolo, Fahrije de repente sonríe, con transparente amor y dolor, y sin que tengas que decirlo, puedes ver que ella piensa que él se parece a su padre. Su propio suegro Haxhi (una gran actuación del veterano actor y músico kosovar Çun Lajçi) es una figura radiante, que lidia con la agonía y el dolor a su manera, pero que poco a poco va valorando a Fahrije. Es un drama rico en inteligencia, en el que cada palabra y cada plano cuenta.