Ensalada no cocida con tomates, garbanzos y harissa rosa
Prefiero usar garbanzos precocinados en macetas para las ensaladas porque son increíblemente cremosos, pero si solo tiene comida enlatada y quiere deshacerse de la tiza, puede hacerlo (si está listo para usar el estufa, es decir) ponga los garbanzos y su agua (aquafaba) en una cacerola, hierva, cocine a fuego lento durante cinco minutos, luego escúrralos para hacer garbanzos que sean igual de súper dulces.
Preparación 20 minutos
Sirve 2 como almuerzo (o 4 como parte de una transmisión más grande)
Para la vinagreta
2½ cucharadas de harissa rosa – Me gusta belazu
2½ cucharadas de aceite de oliva
2½ cucharadas de jugo de limón
1 cucharadita de sal marina fina
Para la ensalada
240 g de garbanzos cocidos (o 1 caja de 400 g – vea la introducción a la receta)
½ cebolla rojapelados y en rodajas finas
30 tomates italianos pequeños (300 g), cortado en dos
1 pepino, sin semillas y cortadas en medias lunas de 1 cm (250 g de peso neto)
20 aceitunas kalamata, sin hueso, cortado en dos
20 g de cilantro, picado muy fino
15 g de hojas de menta (es decir, alrededor de 8 hilos), finamente picados
2 panes pitta, servir
Pon todos los ingredientes para el aderezo en un tazón y revuelve. Escurra los garbanzos, viértalos en un tazón grande y agregue la cebolla, los tomates, el pepino y las aceitunas. Vierta la vinagreta sobre las verduras y mezcle bien. Espolvorea con cilantro y menta, y revuelve con la ensalada.
Pon el pan pitta en la tostadora y tuesta hasta que esté muy crujiente y dorada. Cuando esté frío, córtelo en trozos ásperos. Vierte la ensalada en una fuente, coloca la pitta en el borde y sirve.