yoNabil puede tardar todo un día en liberar los cangrejos enredados en sus redes de pesca. Es un trabajo lento y meticuloso. En 2014, pescadores como Nabil comenzaron a notar una gran cantidad de cangrejos nadadores azules (Portunus segnis) frente a Túnez, particularmente en el Golfo de Gabes en la costa este del país.
Nadie sabe cómo llegaron los cangrejos al Mar Mediterráneo desde su Océano Índico nativo, si emigraron a través del Canal de Suez o si fueron transportados inadvertidamente en barcos. Pero muchos investigadores creen que la crisis climática ha ayudado a que la especie se propague a medida que la temperatura del mar aumenta por encima de su rango normal.
El Mediterráneo ha demostrado ser un paraíso para los crustáceos de patas azules, ayudado por el hecho de que hay muy pocos de sus únicos depredadores naturales, los pulpos, para controlar la población de estos voraces comedores.
Su llegada asestó un duro golpe a una industria pesquera que ya estaba en apuros en Túnez. Los cangrejos no solo destruyen las redes, sino que también se dan un festín con la captura, lo que reduce drásticamente los ingresos de los pescadores artesanales como Nabil.
Enojadas por el impacto en sus medios de vida, las comunidades pesqueras lanzaron una serie de protestas en 2015 y 2016. En respuesta, el gobierno tunecino y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación unieron sus fuerzas. ¿Su solución? Convierta el problema en una oportunidad y ayude a las personas a ganar dinero con los cangrejos invasores.
Entrenaron a los pescadores para atrapar cangrejos usando ollas en lugar de redes. Incluso los pescadores artesanales de las Islas Kerkennah, un pequeño archipiélago frente a la costa este de Túnez, se han adaptado. Aquí la gente practica Charfia pesca, técnica milenaria que utiliza hojas de palma alojadas en el fondo del mar para bloquear los peces y dirigirlos a las redes o trampas.
Al encontrar más cangrejos enredados en las hojas y comer su captura, los pescadores de la isla comenzaron a complementar sus ingresos vendiendo estos cangrejos. Aunque hay poca demanda interna de ellos, los cangrejos son populares en Asia y los Estados Unidos, así como en países europeos como España e Italia.
Han surgido empresas de procesamiento en todo Túnez para preparar cangrejos para compradores globales. Deben procesarse en cuestión de horas para cumplir con los estándares de exportación. Algunas mujeres que anteriormente trabajaban como recolectoras de almejas de temporada han encontrado empleo en estas nuevas instalaciones.
A medida que las comunidades pesqueras se adaptan a los animales invasores y encuentran en ellos una nueva fuente de ingresos, los científicos aún intentan comprender el impacto más amplio que tienen los cangrejos azules en el ecosistema marino.